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Tips para mantener a raya el estrés docente

Dar clases, trabajar con tantos estudiantes diariamente, afrontar el contexto en el que se desarrollan los alumnos, que muchas veces resulta muy complejo, lidiar con las responsabilidades cotidianas, esto tiende a causar un estrés muy particular en el docente, que todos los días está al frente de una clase, con la responsabilidad de gestionar conductas, emociones, impartir conocimientos y cuidar de la seguridad de todos. Sin duda el trabajo del docente no es cualquier trabajo y quien da clases sabe que no es solamente el dar clases, nuestro trabajo forma parte de nuestro día a día en todos los aspectos. 

Todos estos factores hacen de esta profesión una pasión, pero también pueden llegar a añadir mucho estrés, pues estamos preocupados por muchas cosas, algunas de las cuales no siempre están bajo nuestro control. 

¿Cómo podemos trabajar con el estrés en el aula? ¿Requiere estrategias particulares este tipo de estrés? Cuidar de nosotros mismos debe ser siempre una prioridad y por ello necesitamos tener herramientas que nos ayuden a mantener el estrés a raya. 

Resolver conflictos

Una parte importante del trabajo en el aula está en las relaciones, ya sea el vínculo entre los propios estudiantes o el vínculo que nosotros tenemos con ellos, pues para lograr el aprendizaje es necesaria una relación de confianza y seguridad. Por ello es que el tener conflictos de cualquier tipo en el aula resulta en estrés para todas las partes. Así es cómo gestionar cualquier tipo de conflicto que se dé en el aula es algo esencial para nosotros. 

Mantener los canales de comunicación abiertos, dar a los alumnos y a sus familias la certeza de que pueden confiar en nosotros, que los escucharemos sin juzgarlos y que trabajaremos en conjunto para encontrar soluciones es el primer paso para lograr una comunicación eficiente. También es importante transmitir a los alumnos la importancia de escuchar a sus compañeros, de escucharse a sí mismos y de lograr que sus emociones sean identificadas, validadas y tomadas en cuenta al resolver cualquier problema. 

Evita ignorar los conflictos, aunque parezca que esto está fuera del alcance de los contenidos académicos, en realidad son factores de suma importancia, pues la conducta de los alumnos puede cambiar ante la presencia de conflictos sin resolver. Igualmente, si se presenta alguna situación con las familias, con otros docentes o en lo personal presentas algún desafío en particular, hablarlo con los estudiantes, hacerles saber qué está pasando y cómo esto les afecta, o no, es importante. Esto no significa que tengas que contar problemas personales, ni que se deba ver afectada tu intimidad, simplemente se trata de hablar abiertamente cuándo alguna situación se presenta, afrontar los cambios y ofrecer apoyo cuando es necesario. Si bien esto resulta estresante en el momento, lograr atravesar todo esto, en lugar de ocultarlo u obviarlo, ayudará a reducir la tensión.

Haz espacio para ti

Cuando somos docentes prácticamente todos los espacios de nuestra vida se ven marcados por este trabajo, algo que amamos, sí, pero que puede resultar abrumador a la larga, pues nuestra personalidad e identidad se divide en el trabajo y el rol que tenemos en casa, con nuestra familia, lo que deja poco espacio para desarrollarnos, para expresar nuestra personalidad, nuestros deseos, incluso para plantearnos metas que no estén relacionadas de alguna manera con todo esto. Por ello es importante abrir espacios en los que podamos cuestionar quiénes somos, aprender un poco más de nosotros fuera del trabajo o de la casa, en donde desarrollemos habilidades particulares, disfrutemos nuevos pasatiempos o profundicemos en pasiones que dejamos de lado. 

También es necesario tener un espacio para hablar con nosotros mismos, algo que muchas veces evitamos, pues siempre estamos con algo en mente, pero que es necesario para saber cómo estamos y cómo podemos resolver conflictos internos cuando llegan a presentarse. 

Fortalece tu círculo social

Aunque es difícil pensar que un docente pueda ser solitario, pues siempre está rodeado de personas y en constante contacto con otros, el trabajo puede llegar a hacernos sentir aislados. Quizá hablamos todo el día, pero no siempre hablamos de lo que nos parece importante, ni expresamos nuestras emociones o damos lugar a nuestros intereses. Sabemos perfectamente que la socialización es esencial para los alumnos y también lo es para nosotros. 

Date el tiempo de convivir con otros, de compartir con tus amistades, expresar tus emociones y escuchar las opiniones de otros. El intercambio de experiencias y la sensación de estar acompañados hacen una gran diferencia para nuestra salud mental e incluso física. 

Hacer ejercicio

La actividad física es clave para el bienestar, no importa el tipo de trabajo que tengamos, hacer deporte por la única razón de hacer deporte marca una diferencia enorme en nuestra salud. No necesitas convertirte en un atleta de la noche a la mañana, simplemente añade una caminata en tu rutina del día, hacer 30 minutos de cualquier ejercicio físico realmente puede ayudarte a liberar el estrés y sentirte mejor. 

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