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Gestión del aula: ¿mantener la disciplina o ser flexibles?

Ser docentes es una de las profesiones más complejas, pues no se trata simplemente de impartir conocimientos. La gestión del aula, el vínculo con los alumnos, el trabajo con los padres de familia, el equipo que formamos con los demás docentes, el contexto en el que trabajamos, todo esto es diferente para cada aula, lo cual hace de nuestro trabajo uno de los más complejos. Si bien sabemos esto, las herramientas con las que contamos no siempre son completas y aunque podemos tener habilidades naturales para ciertas partes del trabajo, otras posiblemente se nos dificulten más.

Entre los aspectos que resultan más difíciles está la gestión de nuestro salón de clases, lograr el balance entre flexibilidad y disciplina que mantenga el orden de nuestra aula no es algo sencillo. ¿Qué aspectos es importante considerar? ¿Cómo manejar las situaciones en el salón de clases?

No podemos controlarlo todo

Cuando llegamos a un aula lo primero que pensamos es buscar que se mantenga el control sobre las conductas en el salón de clases, buscamos que todos los aspectos se mantengan en orden para que el ambiente sea el más apropiado para el aprendizaje, pero esto fácilmente puede llevarnos a creer que controlar la mayor cantidad de conductas en los alumnos resultará mejor. Esto en realidad sólo nos causará mucho estrés y hará más difícil la relación con nuestros alumnos, pues es muy mantener todo el tiempo un aula en silencio o siempre al mismo ritmo del trabajo en el aula no es sostenible.

Es importante, por ello, que establezcamos prioridades con ellos, un reglamento básico, que defina claramente cuáles son las conductas que definitivamente no pueden ocurrir en este entorno, con consecuencias claras y momentos específicos para diversas actividades. Así todos tendrán claro cuáles son las indicaciones y qué esperar cuándo algo fuera de estos lineamientos ocurre. También te permitirá tener un cuadro de acción y evitará que busques controlar todos los aspectos del aula, algo que definitivamente no podemos lograr.

Ser justos

Establecer una relación con los alumnos es quizá una de las cosas más complicadas que enfrentamos en el aula, lograr un equilibrio entre ser flexibles, amables, y al mismo tiempo, mantener el orden y ser una figura de autoridad para los estudiantes puede ser complicado. Uno de los temas más importante para que ellos confíen en nosotros es destacar el sentido de justicia por encima de cualquier situación en el aula, pues ellos confiarán en que nuestras decisiones no son personales, sino que hemos escuchado y actuado de la mejor manera posible. Lograr esto implica escuchar y observar con atención lo que ocurre, evitar que nuestras emociones controlen nuestras reacciones, abrir espacios donde los alumnos se puedan expresar y busquemos que todo proceder en el aula sea lo más objetivo posible.

También es importante explicar a los alumnos las razones por las que tomamos cualquier decisión, ya sea en situaciones específicas o en cuanto a la dinámica de la clase en general, saber las razones detrás de las reglas y las consecuencias que se viven en el aula ayudará a evitar confrontaciones innecesarias.

Conoce a tus alumnos

Cada estudiante es particular, su visión de las cosas y su contexto particular son importantes para su aprendizaje, así como el sentirse importantes en el aula, saber que para su docente son más que sus calificaciones, más que un nombre en la lista, que va a considerarlos como personas y que por lo tanto podrán acercarse cuando presenten algún problema o tengan alguna duda.

Conocerlos también nos puede ayudar a diseñar estrategias en las que incluyamos soluciones para sus necesidades personales, sin que esto implique trabajar de más, por el contrario.

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