Por: Rodrigo Luna Guevara

La tarde – noche del lunes 2 de julio se vivía un ambiente de terror en la cúpula del Partido Nueva Alianza, ya se vislumbraba según el PREP que el Turquesa no alcanzaba el registro nacional, lo que significa que no tendrían derecho a incluir plurinominales en el congreso, y al no haber ganado ningún diputado o senador por mayoría en ningún estado, la sentencia estaba dada, ni Juan Díaz, ni ninguno de sus correligionarios tendrían acceso al fuero constitucional.

Esa misma tarde, en Nuevo León se citaba a los miembros del partido y del sindicato al día siguiente a una junta de suma importancia en la sede local del partido. El martes al mediodía la reunión fue pasmosa, un regaño como nunca por parte de los delegados nacionales a todos y cada uno de los que forman parte de la estructura y los que no, también. ¿Cómo era posible que no alcanzaran el registro?

La instrucción fue muy clara, a partir de las 8 de la mañana de hoy, todos debían estar presentes en las mesas distritales para contar votos, voto por voto, casilla por casilla hasta lograr el milagro del 3% a nivel nacional. ¿Lo local? es no importa, hay que salvar a Juan Díaz a como de lugar.

A lo largo y ancho del país se vive la misma situación, todos los turquesas están buscando entre las boletas el milagro, al parecer la gente no perdonó la alianza con el PRI, ese partido que tanto daño hizo a los maestros y que ahora prometía por medio de Pepe Meade un mejor futuro.

Mientras tanto en Nuevo León el partido alcanzo el registro y si las cosas no se mueven, tendrán derecho a una diputada local, diezmada por la abrumadora mayoría no priista y por la cruda realidad de entender que su gente, la misma que decía trabajar para Nueva Alianza y el PRI, lo mismo levantaba banderas turquesas que asistía a los eventos de López Obrador.

Saludos.

@rolungue

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