Ecuaciones matemáticas que han cambiado el mundo
El libro «La vida secreta de las ecuaciones» (Larousse), de Rich Cochrane, recoge con sencillez y sentido del humor las 50 fórmulas matemáticas fundamentales de todos los tiempos, desde los famosos E=mc² de Einstein o el teorema de Pitágoras al algoritmo de posicionamiento de Google. En sus páginas, se detallan sus elementos y se explican sus aplicaciones prácticas, algunas de los cuales han servido para crear la bomba atómica pero otros se emplean para colgar una librería en la pared de casa. Aquí recogemos algunas de esas maravillosas ecuaciones que, aunque no lo creas, harán que pienses en una gran familia de conejos o que te esmeres en peinar a tu gato obsesivamente.
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E=mc², la más famosa de la Historia
La cultura popular ha convertido a E=mc² en un mensaje para camisetas, pero se trata de la ecuación física más famosa de todos los tiempos. Probablemente, cualquiera que haya superado la enseñanza secundaria es capaz de relacionarla con Einstein. Y tampoco es difícil que conozca qué significan la «E» y la «m». Pero, ¿se tiene igual de claro qué es la «c» y por qué se escribe al cuadrado? En resumen, ¿sabemos qué significa esta fórmula en su totalidad?
La ecuación de Einstein dice algo que resulta asombroso, que la masa y la energía son dos manifestaciones distintas de la misma cosa. «Eso es inquietante no solo desde un punto de vista científico sino también filosófico», afirma Rich Cochrane en su libro. «Parece que somos capaces de imaginar un Universo con masa pero sin energía, por el que vaguen montones inertes de sustancia. ¿Pero podemos imaginarnos un Universo con energía y sin masa?», se pregunta.
Esta fórmula cambió los supuestos básicos sobre cómo funciona el Universo que existían desde finales del siglo XVII. Dio un vuelco al concepto newtoniano del espacio y el tiempo y lo reemplazó por algo mucho más extraño: un espacio curvo, dilatación en el tiempo y la equivalencia entre materia y energía. Aquí entra en juego el concepto de relatividad, fundamental en la astrofísica o en los cálculos para los sistemas de posicionamiento como el GPS. Por desgracia, la aplicación más famosa de esta ecuación es también la más famosa, ya que hizo posible, aunque solo en parte, la bomba atómica.
Por cierto, «E» es energía; «m» es masa; y «c²» es la velocidad de la luz en el vacío al cuadrado.
El teorema de la bola peluda
Igualmente, nos advierte de que si tomamos una pelota y la giramos, incluso si le damos complicadas vueltas, siempre habrá un punto que estará exactamente donde estaba cuando comenzamos.
El algoritmo de Google
Sucesión de Fibonacci
Fibonacci planteó la siguiente sucesión infinita de números naturales:
0,1,1,2,3,5,8,13,21,34,55…
La sucesión comienza con los números 0 y 1 y a partir de estos, cada término es la suma de los dos anteriores. Este descubrimiento extraordinario está relacionado con la antigua proporción áurea, que muchos consideran sagrada o mística, y que tiene «sorprendentes conexiones» con otros enigmas matemáticos.
Esta sucesión aparece de forma reiterada en la naturaleza, en especial en la biología, donde podría explicar «cómo el crecimiento de formas orgánicas complejas puede codificarse a partir de un poco ADN».
Las leyes de De Morgan
Como explica el autor, estas leyes que parecen tan simples toman una nueva dimensión grabadas en una pequeña pieza de silicio millones o miles de millones de veces, para crear las maravillas tecnológicas que nos rodean, desde aparatos médicos a ordenadores o herramientas industriales. Estas leyes dieron sentido común a un chip de silicio.
Teorema de Pitágoras
Fuente, ABC Ciencia