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Cómo motivar un ritmo uniforme entre los alumnos

El trabajo en clase es tan importante como las tareas en casa, los ejercicios que hagamos durante las horas de escuela, los resultados que los alumnos obtengan en estos momentos, así como las dudas que surjan son importantes para el aprendizaje, sin embargo a veces encontramos alumnos que tienen dificultades para mantener el ritmo del trabajo en el aula, que no siempre logran terminar sus ejercicios o que simplemente tienen un ritmo distinto al que siguen la mayoría de sus compañeros. 

Si bien cada estudiante es distinto, también puede llegar a ser complicado que todos los alumnos de un aula logren aprendizajes significativos si el ritmo de trabajo es irregular. ¿Cómo podemos lograr que esos alumnos que no siempre trabajan al mismo ritmo que sus compañeros mejoren este aspecto? ¿Qué estrategias podemos tener en cuenta y cómo adaptamos nuestra aula al ritmo de cada alumno? Esto no es algo sencillo, ya que en las aulas el número de estudiantes y los recursos con los que contamos no siempre nos permiten hacer ajustes necesarios, pero al tomar en cuenta algunos factores podremos establecer un ritmo ideal para todos. 

Obsérvalos

Muchas veces, cuando un alumno se atrasa en su trabajo cotidiano no implica una simple flojera ni un total desinterés, en ocasiones existen otros factores que causan dificultades para mantener el ritmo, desde una genuina distracción durante la clase debido a razones ambientales, hasta otro tipo de barreras, como Trastorno por Déficit de Atención, ansiedad, dislexia, etc. Si bien como docentes no siempre tenemos los elementos para señalar con claridad cuáles podrían ser estas dificultades, mantenernos atentos, tratar de ayudarlos a cumplir todas sus necesidades y orientar a las familias para obtener claridad cuando existan otros factores es muy importante, a veces una observación en la dirección correcta puede ayudar a las familias y a los estudiantes a tener una mejor experiencia a lo largo de su vida académica. 

Así mismo, tener esto en cuenta también nos puede ayudar a nosotros como docentes a contar con recursos que se ajusten mejor a las necesidades de todo nuestro grupo, cambiar la forma en la que expresamos las instrucciones o permitir a los alumnos utilizar herramientas que les ayuden a mantenerse regulados y concentrados pueden ser pequeños factores que les ayuden a mantener el ritmo con respecto a sus compañeros y mejorar el ambiente en toda el aula. 

Ayúdalos a manejar su tiempo

Para muchos estudiantes aprender a dimensionar el tiempo que tardan en realizar ciertas actividades puede no ser tan simple, por lo que tardan más en resolver ciertas cosas al no saber cuánto tardarán en resolver otras, invierten su tiempo de forma desigual. Ayudar a estos alumnos con herramientas como temporizadores visibles, advertencias de cuánto tiempo llevan utilizado y el dividir las tareas en diferentes secciones que sean reconocibles y con metas claras les ayudará a gestionar mejor su tiempo, poco a poco tendrán una mejor idea de cómo se desenvuelven y durante el trabajo en el aula estarán más atentos a su uso del tiempo. 

Sé flexible

Es muy importante entender que cada estudiante es distinto, pequeños elementos que pueden parecer muy simples pueden cambiar por completo el humor del día y hacer más difíciles tareas que en otros momentos parecen sencillas. También es posible que las circunstancias personales de un alumno hagan de tareas que nos parecen simples un reto constante en el día a día, los alumnos entonces están agotados en poco tiempo o se sienten abrumados al ver cómo sus compañeros no pasan por los mismos desafíos. 

Tomar en cuenta esto nos ayudará a abordar con empatía las dificultades que un alumno pueda tener al realizar su tarea en el aula, escuchar qué es lo que pasa y validar sus necesidades, emociones y perspectivas nos hará más sencillo buscar alternativas. Permitir también que utilicen otros medios, otros recursos y otras posibilidades les hará saber que un obstáculo no implica un fracaso. 

Estrategias asincrónicas

Quizá el aula resulta muy desafiante algunos días y esto no significa que un alumno no pueda participar ni desarrollarse completamente dentro de la escuela, ofrecer también la posibilidad de reforzar algunos de los trabajos de clase en la casa, en tiempos distintos a los de sus compañeros, con herramientas que les permitan, ya sea adelantar algunas actividades o reforzarlas de manera posterior puede ser muy útil para quienes no han logrado un ritmo continuo con sus compañeros. 

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