¿Cómo fomentar la pasión por la docencia?
Ser docente es algo mucho más que un trabajo, es una profesión que requiere vocación y mucha pasión por guiar a las generaciones del futuro, sencillamente porque el trato con los estudiantes y la capacidad de transmitir conocimientos son habilidades que requieren mucha práctica y dedicación.
Sin embargo, a lo largo del tiempo, con los retos que enfrentamos continuamente, es normal que nuestra pasión por la profesión se desgaste, no porque no amemos dar clases o compartir con los estudiantes, simplemente porque estamos cansados y caemos en rutinas que se repiten día con día, con lo que llegamos a sentirnos aburridos. Tomar acciones para reavivar nuestra pasión por la docencia puede ayudarnos a disfrutar nuestro trabajo, así como nuestra rutina diaria, con lo que mejoraremos nuestra calidad de vida y disfrutaremos de todos los aspectos de nuestro día a día.

Prueba nuevos desafíos
Estar en actualización constante y probar nuevas estrategias en el día a día es muy importante, tanto por los procesos de los estudiantes como por nuestra capacidad de descubrir nuevas cosas, reaprender otras que ya sabemos y trabajar nuevas habilidades con los estudiantes, que cada día enfrentan desafíos distintos en un mundo que se mueve a gran velocidad.
A veces sentimos que tratar nuevas cosas será mucho más cansado y desafiante de lo que podemos hacer, lo cual es totalmente válido, particularmente en un contexto que nos exige más, tanto en el trabajo como en casa, pero tratar de implementar pequeños cambios, estrategias sencillas o comenzar con algunas estrategias que puedan llevarse a cabo poco a poco nos ayudará a re-descubrir conocimientos, habilidades y la pasión por los proceso de aprendizaje.

Conecta con otros docentes
La pasión de ser docente no es algo que se haga en solitario, es un trabajo que realizamos siempre en comunidad, con los alumnos, con otros docentes, con los directores de plantel, con las familias, por ello conectar con otras personas es tan importante para recuperar nuestra pasión por enseñar, las experiencias de otros pueden ser la clave para nuevos retos, para probar nuevas experiencias, aunque también pueden ser el espacio que necesitamos para hablar de las emociones que tenemos cotidianamente, para compartir con otros docentes las dificultades que vivimos, los retos que enfrentamos, conocer otras experiencias y conectar con otras personas.
Todo esto hará la diferencia, nos sentiremos re-conectados con nuestro trabajo, vivir en comunidad es parte de la escuela.
Conecta con tus estudiantes
Al centro de nuestro trabajo están los estudiantes, quienes son los protagonistas de la educación y quienes nos inspiran a ser mejores cada día, a pesar de ello, la rutina y el número de estudiantes hacen que perdamos el objetivo de vista, por ello conectar con ellos, conocerlos mejor, escucharlos y buscar hacer del salón de clases una comunidad donde ellos se sientan más cómodos y seguros es tan importante, esto nos recordará el principal objetivo de nuestro trabajo cotidiano, donde no se trata solamente de calificar tareas y pasar calificaciones, sino de que cada uno de los alumnos alcance sus objetivos y logre el éxito en el futuro.
Activa tu aula
En ese mismo sentido, es importante hacer que nuestra aula se convierta en un espacio divertido, en donde todos los estudiantes tengan un espacio para desarrollar sus habilidades y conocerse a ellos mismos, tener estrategias que permitan el movimiento, la conexión entre compañeros, los debates y la reflexión es tan importante. A nosotros nos puede ayudar a conectar de nuevo con el aprendizaje, con lo que implica este proceso para los alumnos y con el trabajo que nosotros hacemos para fortalecer sus capacidades.