Clases al exterior: Transitar a otros espacios
Sabemos que la escuela es el lugar donde ocurre el aprendizaje y al mismo tiempo que son las aulas el espacio designado y preparado para recibir a los estudiantes en las mejores condiciones posibles, sin embargo esta separación entre el espacio de aprendizaje y el resto del mundo a veces profundiza una desconexión entre el conocimiento y el mundo que habitan los alumnos más allá de su estancia en la escuela, pues les hace sentir que la teoría que escuchan en clase no tiene relación real o directa con los retos de su entorno.
Sacar el conocimiento de las aulas a un espacio exterior puede promover la conexión entre lo visto en el aula y el entorno, así como motivar el interés en el aprendizaje.
Recordemos que ligar los intereses personales de los alumnos con lo que presentamos en clase es una manera muy importante de motivarlos y mantenerlos interesados, además existen otros beneficios de llevar nuestras clases a otros entornos, más allá del salón.

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Beneficios sobre la atención
Tener clases en el exterior no solo tiene beneficios en términos de aprendizaje, también puede ser una gran opción para mejorar la atención y concentración de los alumnos, ya sea que una parte de nuestras sesiones ocurran en el patio o en los jardines, que busquemos organizar pequeños viajes fuera de la escuela o que simplemente tengamos pausas fuera del aula, el simple hecho de cambiar de entorno ayuda a los estudiantes a mantenerse alerta y aumentar el interés. No siempre es posible visitar otros sitios, pero aprovechar el entorno de nuestra escuela o comunidad puede ser más que suficiente para mejorar la experiencia de los estudiantes en su día a día, reconocer el tipo de árboles o plantas en su escuela, aprender sobre el clima, los elementos naturales o aprovechar el espacio para hacer representaciones históricas o literarias hace una diferencia enorme con respecto a su motivación e interés.
Salud mental
Quizá debido a la experiencia con la pandemia es que aprendimos que pasar un tiempo al exterior puede tener efectos muy positivos en nuestra salud, tanto física como mental. Salir a respirar aire fresco, la luz solar, el ejercicio físico y relajar nuestra postura, que es muy diferente del aula a otros entornos, puede ayudarnos a sentirnos bien con nosotros mismos y a mejorar nuestro sistema inmunológico. Cuando el clima lo permite, investigar los alrededores del salón de clases, permitir el movimiento fuera del aula, motivar la conversación entre compañeros y buscar que la curiosidad se convierta en un elemento que forme parte de su día a día no solo es importante para el rendimiento académico, también para calmar el estrés y crear un ambiente tranquilo en las aulas.
Involucra a la comunidad
A veces nuestra escuela es sencilla, cuenta con pocos espacios propicios para el aprendizaje o los materiales con los que contamos para lograr un mejor desarrollo de las clases son insuficientes, por ello es que involucrar a la comunidad escolar en la mejora de estos espacios puede ayudarnos tanto a lograr un ambiente propicio, como a lograr que los alumnos se sientan conectados con su entorno, una escuela en la que todos han cooperado de alguna manera para su mantenimiento sin duda hará del aprendizaje algo más importante. Al involucrar, además, a otros miembros de la comunidad podemos lograr una conexión entre la escuela y su entorno.