Autocuidado: Atentos al trauma y el Burnout en el aula
Como docentes, el trabajo que realizamos nos expone a situaciones muy particulares que no se ven en otras áreas profesionales, pero que coinciden con trabajos como la enfermería o la psicología, la relación con nuestros alumnos, la cercanía con sus problemas personales y las múltiples situaciones que se viven en el aula pueden llegar a afectar nuestra propia salud, pues la empatía que sentimos por los estudiantes, el profundo conocimiento del contexto en el que se desarrollan y particularmente los efectos que este tiene en su vida cotidiana pueden dejar su huella en nuestras propias emociones.
¿Cómo nos afecta y qué podemos hacer para evitar que nuestro trabajo tenga efectos en nuestra salud mental?

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Autoconocimiento y observación
Ante cualquier situación, ya sea laboral o personal, estar muy atentos a nuestras propias dificultades, a los signos que nos pueden mostrar que algo no va tan bien o que algo nos está afectando aunque quizá no nos hemos dado el tiempo de procesar las emociones que esto nos causa es necesario. El trabajo de un docente implica estar en contacto con muchas emociones todos los días, no solo las propias, sino también las de los estudiantes, a veces incluso de otros docentes, así como de las familias de los alumnos. Este contacto cotidiano implica un manejo y gestión de muchas sensaciones que pueden pasar inadvertidas, especialmente cuando nos concentramos en resolver situaciones a nuestro alrededor que requieren de toda nuestra atención.
Crear espacios propios, momentos en los que podamos escucharnos, observar los cambios que sentimos, lo que nos provocó el trabajo diario, cómo reacciona nuestro cuerpo a esto y atender cualquier signo que notemos es una parte esencial del autocuidado. Observa tus ciclos de sueño, tus síntomas gastrointestinales, tus cambios de humor, el tono de tus palabras, el dolor de cabeza o cualquier otro cambio que pueda ser relevante.
Trauma secundario y burn out
A veces estar en contacto con personas que están pasando por situaciones muy difíciles nos hace sentir que nuestros propios problemas son menos importantes, también nos puede orillar a priorizar la resolución de necesidades de otras personas antes que las nuestras porque nos parecen más urgentes o porque parecen más grandes que las propias. Y las emociones que esto involucra son tan intensas que buscamos acallarlas un poco para dar atención a las emociones de los otros.
Todo esto puede desembocar en un trauma propio, uno que se relaciona al trauma de otra persona a la que dedicamos cuidado y atención, aunque algo no nos haya ocurrido directamente también puede dejar una huella importante en nosotros cuando estamos involucrados en un trabajo intenso con los otros, en este caso los estudiantes o incluso sus familias, y llegar a agotarnos tanto como si lo viviéramos nosotros mismos.
Siempre es necesario cuidar nuestra salud mental y nuestra salud física por encima de las necesidades de cualquier otra persona, pues para poder ayudarles lo primero es estar bien nosotros mismos, algo que puede hacerse difícil cuando nos rebasa la situación a atender. Es normal que nuestra capacidad de empatía nos haga sufrir algunas cosas como si nos ocurriera a nosotros mismos, por lo que atender, gestionar y procesar lo que esto implica es tan necesario como apoyar a los demás.
¿Cómo cuidar de nosotros?
No basta con saber que algo nos puede afectar, es necesario emprender acciones para prevenir una afección que llegue a interponerse en el desarrollo profesional o incluso en nuestro bienestar general, por lo que además de observarnos ante los cambios, también debemos actuar si notamos que algo nos está afectando.
Tener a alguien con quien compartir lo que sentimos puede ayudarnos mucho, el simple hecho de verbalizar lo que hemos visto, compartir con alguien nuestras sensaciones y recibir palabras de aliento, así como un contacto humano puede cambiar por completo cómo enfrentamos las cosas. A veces esto puede llevarnos a buscar ayuda de un profesional, la terapia también puede ser necesaria y muy útil.
Establecer medios de cuidado personal también es una buena forma de prevenir, tratar que nuestros hábitos cotidianos nos ayuden a cuidarnos. Por ejemplo una rutina apropiada para dormir, alimentarnos sanamente, hacer ejercicio, socializar y descansar en la medida necesaria hará una gran diferencia.